Estaban dos loquitos, que tenÃan tres dÃas sin comer, en el cementerio. A lo lejos ven un pedazo de pan tirado en el suelo y ambos salen corriendo a todo pulmón, empujándose y golpeándose, hasta que uno gana y de un tirón se lo engulle. El que no comió nada se le queda mirando y con aire de desaprobación le dice:
"¡Cómo es posible que te comas esa porquerÃa! ¡Quién sabe de dónde salió y qué suciedades tendrá!"
Entonces, aquel siente náuseas y vomita todo. El otro loquito rápido comienza a comerse el vómito y a decir:
"Asà es como me gusta a mÃ: calientito".
- Colaboración de: Lenin González -
(3.2 estrellas, 200 votos)
|