[ Cat.: Religión ] [ Clasif: b] [ Calif.: 4.0]
El arzobispo, un viejito que tenía la fama de ser el más verde de toda la curia nacional, va en su Mercedes Benz por una carretera solitaria, de pronto ve una monja parada a un lado de la carretera esperando el autobús.
Se detiene y le ofrece llevarla hasta el pueblo más próximo. La monja acepta y pone su equipaje en el asiento trasero. Al sentarse, su hábito se abre un poco y deja ver una hermosa pierna. Cuando el arzobispo lo advierte, y con lo libidinoso que es, casi que ocurre un accidente, pero consigue controlar el carro, aunque no resiste la tentación y pone la mano en la pierna de ella. La monja lo mira y le dice:
-Su excelencia, recuerde el Salmo 129.
El arzobispo retira rápidamente su mano y pide disculpas, pero sus ojos se resisten a dejar de mirar la pierna, por lo que al ratito, su mano vuelve a la intentona, y se posa en la rodilla de la monja y la acaricia suavemente de arriba a abajo, y la monja nuevamente:
-Padre, recuerde el salmo 129.
El arzobispo, corrido por el argumento de la monja, retira la mano y trata de disculparse:
-La carne es débil, hermana...
En eso llegan al pueblo y ella agradece y se despide del arzobispo.
?ste, al quedarse solo, rápidamente abre su portafolio y saca la Biblia, y en seguida busca el salmo 129, y al leerlo hace un gesto de haber perdido la lotería:
El salmo dice:
"SIGUE ADELANTE E INT?NTALO, ALCANZARÁS LA GLORIA"
- Colaboración de: Huitzilopotzli Z -
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